El catalán, por encima de la ley

El catalán, por encima de la ley
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La pancatalanización a la que Francina Armengol ha sometido a los ciudadanos de Baleares sin preguntarles ni siquiera su opinión, por mandato de sus socios, los ecosoberanistas de Esquerra Republica de Catalunya (perdón, Més per Mallorca), ya ha llegado a los tribunales. Los celadores han acudido a los juzgados y la plataforma Hablamos Español también amenaza con acciones legales contra todos aquellos colegios que impongan el 100×100 en catalán.

La pregunta que ahora debe responder Armengol es: ¿está el catalán por encima de la ley? ¿Hasta qué punto debe sumisión y obediencia a Esquerra Republicana de Catalunya (perdón, Més per Mallorca) ¿Se atreverá a desobedecer a los jueces, que han sido muy claros con la obligación de impartir parte de las clases en castellano, uno de los dos idiomas oficiales de las Islas?

Hasta ahora Armengol no ha vacilado en desafiar a todo y a todos para evitar que los soberanistas la levanten del sillón del Consolat. Ha puesto el catalán por encima de la salud, de la educación, de la economía y del sentido común. Sólo le falta ponerlo por delante de la Justicia y ese es el último muro que le queda por derribar. A ella y a todo el aparato social-comunista, que está empeñado en acabar con la división de poderes y hacerse con el control del poder judicial para de esta forma poder convertir a España en general y a Baleares en particular en una verdadera república bananera al estilo de esa Venezuela chavista a la que tanto le deben Podemos y el expresidente del Gobierno José Luis Rodríguez Zapatero.

Preservar la justicia es el bloque de contención del aparato democrático. Si Armengol se lo salta y no hay consecuencias, es posible que ya no exista vuelta atrás. Estamos ante un momento muy delicado para la preservación de todas nuestras libertades individuales, esas que tanto anhelan para sí mismos los bloques de izquierda.

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